Médico de los gladiadores, Galeno debía tener un conocimiento terrible de las heridas más dolorosas. Lo que no quedó nunca tan claro es que tuviese un conocimiento muy preciso de la fisiología de las mujeres ni de las enfermedades. Pero hay que comprender que la histeria tampoco era una dolencia muy común entre gladiadores, gente pronta, acometedora y poco dada a retener esperma... "La histeria -escribió el médico griego- proviene sobre todo, de la retención de las reglas y de la retención de la esperma femenina".
Muhammed Ibn Omman As Sikilli, discípulo de Galeno, atribuye también la histeria a la retención de la esperma en la mujer. Para favorecer la menstruación, el médico debía sangrar la vena safena y colocar unas ventosas en las piernas, las caderas y las "dos venas que rodean al ombligo". Además recomendaba administrar baños de asiento y una dieta de alimentos que fácilitaban las reglas: garbanzos y espárragos. Pero, para liberar "la esperma femenina", recomienda un remedio infalible: introducir en la vagina de la histérica un dedo envuelto en pomada, y provocar así un agradable cosquilleo a la paciente, que se sentirá enseguida aliviada.
"Cien extravagancias, delirios y desvarios" de Mauricio Wiesenthal
1 comentario:
jejejeje Gracias por tú "nunca" Sherezada.
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