jueves, noviembre 11, 2004

Un diagnóstico preciso

Hipócrates era considerado uno de los mejores médicos de toda Grecia. En una ocasión, las autoridades de Abdera lo hicieron llamar porque uno de sus habitantes más famosos, el filósofo Demócrito, tenía una enfermedad grave: se pasaba los días y las noches pensando y afirmaba que era feliz así. Tras visitarlo y discutir con él, Hipócrates concluyó que lo único que le pasaba era que estaba demasiado cuerdo.

2 comentarios:

carmilla hash dijo...

por eso sin duda la locura es la puerta a libertad...

Chucho dijo...

No sé si a la libertad Carmila Hash, pero la locura es muy ¡sabrosa!
Ojala encontremos muchos locos en el mundo.