domingo, octubre 22, 2006

Protector de los "Mojados"


Protector de los "Mojados"
Originally uploaded by chuchogm.
El zacatecano Jesús Buendía Gaytán, un campesino de 45 años de edad, cuenta que hace 2 décadas decidió irse de indocumentado a California para buscar empleo en alguna plantación. Se puso en contacto con un "pollero" en Mexicali pero, apenas cruzaron la frontera, fueron descubiertos por la patrulla fronteriza y para escapar Jesús se internó en el desierto.
Despúes de caminar varios días por veredas desoladas y más muerto que vivo de calor y sed, vio acercarse una camioneta. De ella bajó un individuo de apariencia juvenil, delgado, tez blanca y oios azules, quien en perfecto espaAol le ofreció agua y alimentos. Le dijo que no se preocupara porque le indicaría dónde solicitaban peones. También le prestó unos dólares para imprevistos. A manera de despedida el buen samaritano le dijo: -Cuando tengas dinero y trabajo búscame en Jalostotitlán, Jalisco, pregunta por Toribio Romo.
Luego de una temporada en California, Jesús regresó y quiso visitar a Toribio. En Jalostotitlán lo mandaron a la ranchería de Santa Ana, a unos 10 kilómetros del pueblo. -Ahí pregunté por Toribio Romo y me dijeron que estaba en el templo. Casi me da un infarto cuando vi la fotografía de mi amigo en el altar mayor. Se trataba del sacerdote Toribio Romo, asesinado durante la guerra cristera. Desde entonces me encomiendo a él cada vez que voy a Estados Unidos a trabajar.

A salto de mata. Miles de testimonios como el de Buendía han convertido a Toribio Romo en santo protector de los indocumentados. El sacerdote Gabriel González Pérez, párroco de Santa Ana, dice que no hay argumentos terrenales para explicar su interés por aliviar las penurias de los migrantes, aunque ellos lo atribuyen a que en muchas ocasiones son objeto de maltratos, abusos y persecuciones, como las que padeció el mártir cristero.
Toribio Romo González nació el 16 de abril de 1900 en Santa Ana, ranchería de los Altos de Jalisco (actualmente, con 270 habitantes). De pequeño acudió a la escuela parroquial de su pueblo. Al cumplir los 12 años ingresó al seminario auxiliar de San Juan de los Lagos. En diciembre de 1922 fue ordenado sacerdote y, después de oficiar en varias parroquias, se estableció en el poblado de Cuquío, para dirigir la catequesis de niños.
Cuando a fines de 1926 se agudizó la persecución callista, 300 lugareños se levantaron en armas para repeler a los militares que buscaban matar al párroco Justino Orona (también declarado santo) y a su ayudante, Toribio Romo. Éste escribió en su diario: -He tenido que esconderme por dias, a veces en hediondas cuevas, a veces en la cumbre de alguna montaña.
En septiembre de 1927 Romo fue trasferido a la parroquia de la vecina población de Tequila. Como el curato estaba convertido en cabaIleriza, tuvo que alojarse en una finca abandonada. Acondicionó un cuarto para oficiar misas y administrar sacramentos. A principios del año siguiente presintió que su muerte estaba cerca: en su úiltima misa preguntó en voz alta: <<¿Aceptarás mi sangre, Señor, que te ofrezco por la paz de la Iglesia?>> La madrugada del 24 de febrero una docena de federales asaltaron la finca y lo asesinaron.

Testigos de prodigios. Casi de inmediato empezaron a endilgarle milagros. Un hermano del victimado, Romón Romo, también sacerdote, y otros familiares se encargaron de recopilar testimonios en unos cuadernitos que atesoraron por décadas con la esperanza de que sirvieran para canonizarlo. En noviembre de 1992 Juan Pablo II lo beatificó junto a 24 varones mexicanos (21 sacerdotes y 3 laicos), considerados <>; y en mayo de 2000 fue formalmente canonizado, con el nombre de Santo Toribio.

El caso de Romo desató poémica porque hay testimonios de que no se resignó al martirio (sus últimas palabras fueron <<¡No me maten!>> y no perdonó a sus verdugos. Encuestas efectuadas en meses pasados por la Conferencia del Episcopado Mexicano revelaron que Toribio es el más popular de los 28 mexicanos canonizados hasta ahora, gracias a los favores que concede a quienes emigran legal o ilegalmente a Estados Unidos.
El templo de Santo Toribio está repleto de exvotos con dibujos que muestran a braceros en el acto de cruzar la frontera. La guanajuatense Griselda Jiménez relata que se salvó, del asedio de los "polleros" que prometieron trasportarla, gracias a la aparición de un perro muy bravo, que alejó a los hombres y la guió hasta un rancho donde encontró alimento y trabajo.
El nayarita Salvador Hernández anotó en su retablito que, gracias a la protección divina, pudo salvarse de un remolino a la hora de cruzar el río Bravo: cuando estaba por ahogarse, apareció un desconocido desde el lado estadunidense que le aventó una soga. Aún más llamativo es el arco monumental de cantera rosa que adorna la entrada a la ranchería de.Santa Ana, levantado en 2000 por agradecidos braceros zacatecanos.
Leche y miel. Cada sábado y domingo llegan a Santa Ana más de 50 autobuses repletos de peregrinos y también desfilan camionetas y autos de procedencia extraniera. Las peregrinaciones han desatado un auge económico en Santa Ana: en los últimos meses se pavimentó la avenida principal, se instaló alumbrado público y se multiplicaron las corridas de autobuses a Jalostotitlán y San Miguel el Alto.
El precio de los terrenos se ha triplicado. Florecen los negocios y la maquiladora de ropa deportiva Atlética abrió una microsucursal, cuyas ganancias son donadas al templo de Santo Toribio (los dueños de Atlética están agradecidos porque superaron una crisis económica que los puso al borde de la quiebra). Doña Juanita Romo, sobrina del santo y dueña de un tendejón, cuenta que antes vendía solamente refrescos y algunas frituras, pero <>.
La toribiomania ha estimulado la apertura de media docena de tiendas de recuerdos que ofrecen artículos religiosos, videos y libros sobre la vida del santo, fotografías en distintas poses, y recipientes para beber agua adornados con su efigie, a los que llaman "toricilindros".

Santo Toribio cuenta entre sus devotos a la conductora de televisión Jacqueline Bracamontes, una jalisciense que hace 2 años ganó el título de Nuestra Belleza México: <>.

3 comentarios:

Mary Carmen San Vicente dijo...

Qué maravillosa historia Chucho, mira que el abuelo del susodicho también fue un mártir cristero y a él se encomienda cuando faltan pacientes, entonces lo podrían canonizar como San Muela Picada =)

Anónimo dijo...

Que bonita historia.... me encanta lo que nos cuentas aunque sea a cuentagotas. Felicidades por tu cumpleaños aunque sea atrasado. Saludos

Jaime V. dijo...

Chucho, ya había escuchado de Santo Toribio y de algunas de sus apariciones a mojados. Tu relato excelente. gracias.